Las brasas de Tavella
Devolver al origen desde el entorno hasta el plato.
La filosofía de Pablo Chirivella se basa en la búsqueda de su origen y esto es lo que transmite Tavella, desde el entorno hasta el plato.
Desde el entorno, porque el propio restaurante tiene mucho de nuestra historia: Tavella una cocina que nace de la tradición
Y hasta el plato, porque la brasa se convierte en el hilo conductor y el sello más sólido de su cocina.
La brasa de Tavella adereza desde carne a pescados; siendo estos últimos los productos más representativos del restaurante. Pescados como: ventresca de atún, corvina, sargo, pargo, virrey… son algunas de las opciones que, según mercado, encontramos en la oferta diaria de Tavella. Pero entre todas las especies que pasan por la parrilla de Pablo destaca una por encima del resto: el rodaballo a la brasa.
El rodaballo, el rey de los pescados blancos, típico de la costa del Atlántico, el Mar del Norte y de nuestro Mar Mediterráneo; consigue desatar todo su potencial cuando solamente está aderezado por el fuego, un aceite y sal de calidad.
Para Pablo Chirivella, las brasas son el mejor aderezo de este pescado porque cuando se alcanza su punto solo el fuego consigue mantener, por fuera, la piel crujiente y, por dentro, la gelatina y la carne tierna.
Un producto de irrenunciable calidad y el buen hacer del fuego son todo lo que necesitan los platos principales de los menús. Porque, muchas veces, a través de lo sencillo encontramos la grandeza.
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